¡Hola a todos! Les he pedido a algunos pacientes que escriban un diario acerca de sus experiencias a la hora de participar en el tercer Maratón de Pérdida Inteligente de Peso. Les he pedido total sinceridad, de forma que compartan con todos lo que les supone el plan que les he propuesto tras estudiar sus casos particulares. Por ahora se ha apuntado una. Ella me lo ha pasado por escrito y os lo transcribo tal cual. ¡Este es el resultado! Cualquier comentario, como ya sabéis, será muy bienvenido. Y anímate a apuntarte también si te apetece. ¡Compartiremos aquí tus experiencias!

Diario de una maratoniana: Cap. 1

Estudio antropométrico inicial


Día 1:

Mido=1,68 cm. Peso=63 Kg. Metabolismo basal=1.350 calorías aprox. Edad metabólica= 23 años.

Hola, me llamo Yolanda. Soy socia del Sport Club Atalanta de Ramón Asensio. Me gusta mucho hacer deporte y entreno duro casi todos los días, a razón de 2 horas de entrenamiento. Sobre todo spinning, correr y ejercicios de resistencia con pesas. En cuanto a clases colectivas, me he apuntado también alguna vez a yoga o a GAP, pero suelo ir bastante por libre.

Tengo tres hijos pequeños (de 5, 4 y 2 años) y trabajo desde casa, por lo que no estoy sujeta a horarios de oficina. Durante los tres embarazos hice ejercicio también hasta los 7 meses (¡al final era mucho peso para movilizar!). Tardé unos seis meses cada vez en volver a recuperar mi peso. ¡La lactancia y correr detrás de ellos por el parque ayuda!
Soy muy exigente conmigo misma en cuanto a deporte se refiere. Sin embargo, cuando hablamos de alimentación, intentaba aplicar la regla del 80/20 (80 sano, 20 caprichos). Al principio me funcionaba, pero entré en un círculo de “mucho deporte por la mañana, todo el día exhausta, atracones de hidratos de carbono por la noche”. Y cuando digo hidratos de carbono, me refiero a comerme de postre 4 o 5 croissants de chocolate, natillas, chucherías, etc. Al día siguiente, con las pilas cargadas por los hidratos y la razón repleta de culpabilidad, vuelta a empezar con los entrenamientos.

Lo que me había funcionado al principio y me mantenía más o menos en mi peso deseado, acabo siendo algo con lo que quiero definitivamente romper:principalmente el mal humor si algún día no he podido cumplir con el deporte y el cansancio diario, que se ve empeorado además porque mis desayunos eran de café con leche y zumo, y nada más hasta las dos de la tarde que me comía la nevera. Fui a ver a Beatriz con esta idea. No por adelgazar, sino por aprender a comer bien y a practicar un ejercicio que me permita mantener una estabilidad en el día a día.

Lo que me explicó Bea: cuando hacemos deporte, sobre todo si es intenso, el cuerpo genera unas hormonas muy beneficiosas para nosotros: endorfinas, por ejemplo. Pero también segregamos una que es “adictiva”, la dopamina. Y el cuerpo si no la tiene en forma de deporte, la buscará en forma de comida. Y principalmente eso es lo que me pasa: mucho deporte por la mañana (hora y media de cardio, hora de resistencia, vuelta a casa en bici…), mi cuerpo segrega dopamina entre otras cosas, y por la tarde-noche busca encontrar la misma sensación con comida cargada de hidratos de carbono. El índice glucémico de los alimentos que tomo a esas horas (chocolate, postres lácteos, bollería…) dispara mi insulina y me deja exhausta.

Además, voy incrementando la ingesta de calorías conforme pasa el día, y no al contrario, empezando casi sin comer y yendo cada vez a más hasta la noche.

Plan propuesto por Beatriz:
  •     En cuanto a la alimentación: distribuir el día en 5 o 6 comidas, cada tres horas. Me explica la mecánica de los bloques de la Dieta de la Zona (1 hidratos – 1 proteínas – grasas saludables). Le digo lo que me gusta comer y me adecúa un plan de 1.650 calorías. ¡Puedo comer pan! Ya puedo ir olvidándome de las chucherías y la bollería y de grandes platos de pasta o arroz, pero puedo tomar queso fresco batido con una barrita de proteínas sabor chocolate de postre para quitarme la ansiedad por el dulce. Desayuno  y almuerzo fuertes (ej.: desayuno: zumo 1 pomelo, 2 tostadas con aceite de oliva y pavo, café con leche de soja; almuerzo: 2 lonchas de jamón serrano, 5 fresas y 3 almendras); comida de mediodía con verdura en forma de puré o gazpacho y algo de proteínas (carne, pescado o huevos) con guarnición de verduras. Las meriendas como el almuerzo y las cenas como la comida.

  •     En cuanto al deporte: como le digo que quiero afinar mis piernas, sobre todo, me sugiere que pruebe cosas más tranquilas: natación, yoga. Tuerzo la cara porque eso sí que me va a costar. Amo la sensación de esforzarme y sudar con el deporte. Me obliga a olvidarme de las sesiones tan intensas de ejercicio. Tablas de 30 minutos y como mucho lo mismo de cardio.

La verdad, salgo el primer día pensando que no voy a conseguirlo ni de broma. ¡Estoy demasiado enganchada al deporte y a las chucherías! Me acuerdo de lo cansada que estoy por las noches y lo que me gusta pegarme al televisor con una buena bolsa de lacasitos. 
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