El peligro del alcohol para la dieta
Ya sabes. Estás de vacaciones, en una terracita con amigos. Estrenas tu nuevo vestido de verano, ese que has podido ponerte después de muchas semanas de esfuerzo y régimen. Como te sientes feliz piensas “¡Qué demonios, una o dos copitas después de cenar no hacen daño a nadie!”. Pides primero un mojito (alcohol y azúcar de caña principalmente) y después un ron con coca-cola. Pues bien, entre la cena (donde ya te has tomado un par de copas de vino tinto casi sin darte cuenta) y estas dos copas, acabas de meterle a tu cuerpo unas 1.400 calorías, equivalente a los esfuerzos de 3 ó 4 días siguiendo la dieta y realizando deporte.
Así que hoy tengo que ponerme muy seria porque voy a hablaros de uno de los ¿alimentos? que más perjudican la salud cuando se abusa de su consumo. Y por abuso, hablando de alcohol, más de una copa ya es para mi abusar.
Con la llegada del verano ya sabemos que aumentan las salidas (terracitas por la tarde o por la noche, chiringuitos en la playa…) y nuestra vida social, lo que en la mayoría de ocasiones conlleva la ingesta de bebidas refrescantes y/o alcohólicas.
Si estás en “operación bikini” o simplemente manteniéndote y sales a tomar un par de copas, no eres consciente de que estás tirando por la borda todos los esfuerzos de la semana, y con ello la desmotivación y el abandono posterior de la dieta.
Pero tengo buenas noticias. Esto no significa que lleves una vida monacal e incluso renunciar a salir para no caer en tentaciones, pero sí que analices y decidas si te compensa tomarte esas copitas y qué alternativas podrías tomar al respecto. Te aconsejo que eches mano de bebidas que son menos contraproducentes y que incluso, como ocurre con el vino, en pequeñas cantidades resultan hasta beneficiosas.
Puestos a pecar, es preferible tomar bebidas fermentadas a bebidas destiladas.
Bebidas fermentadas: vino y cerveza me atrevería a decir que son las mejores opciones en cuanto a alcohol que puedes encontrar, ya que tienen muchas propiedades. La ganadora sería el vino y mejor aún si es tinto, debido a su contenido en antioxidantes y taninos.
A algunos pacientes que me comentan que comen con ansiedad (sobre todo en las cenas) y necesitan cargarse de hidratos de carbono, les ha sorprendido que les recomendara tomar una copita de vino tinto con la cena. ¿Alcohol en una dieta? Bien, una copa de vino tinto nos beneficia por sus propiedades cardiovasculares protectoras y sus antioxidantes (¿te suena el resveratrol?) y además nos relaja, disminuyendo la ansiedad. ¡Es un mal menor! Eso sí, insisto ¡una copita!
Aquí tienes una tabla con las kilocalorías de las bebidas fermentadas permitidas en pequeñas dosis:
Bebida
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Cantidad
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Kilocalorías
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Cerveza
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330ml
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99kcal
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Vino tinto
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200ml
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120kcal
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Vino blanco
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200ml
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140kcal
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Atención, si eres propenso a tener grasa en el abdomen la cerveza te dejará una sensación de hinchazón. Si eres propenso a retener líquidos el vino no te favorecerá en ese aspecto porque disminuye la tensión arterial (las personas con una tensión arterial baja son más propensas a retener líquidos, lo cual se verá agravado con el calor).
Bebidas destiladas: en destilados podemos encontrar gran cantidad de bebidas, pero te dejo un análisis de las más comunes.
Bebida
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Cantidad
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Kilocalorías
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Ron + cola
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50ml + 200ml
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112kcal + 84 =196kcal
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Ron + cola light
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50ml +200ml
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112kcal +1kcal =113 kcal
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Ron + limón
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50ml +200ml
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112kcal + 92kcal = 204kcal
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Ginebra + tónica
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50ml +200ml
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110kcal + 68kcal =178kcal
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Whisky + naranja
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50ml +200ml
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120kcal + 92kcal = 212kcal
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Red bull
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250ml
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140kcal
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Así que, por favor, piénsalo mejor la próxima vez. Las bebidas alcohólicas son “calorías vacías”, no te aportan nutrientes y ¡envejecen mucho la piel! Opta por el vino tinto o una cerveza pequeña. ¡¡Y a disfrutar del verano y de las personas que amas!!